27 abr 2015

Estoy interrumpida en el acto de magia, dentro a la caja, vestida de verde, poco vestida. Al mago lo llevaron preso en el medio de la función. Interrupieron la función y nadie se notó en mi,  secretaria del mago . Por eso es mejor ser enfermera; uno no desaparece en los trucos ajenos. Podría ser verano y yo sin ver las flores. Podrían haber sucedido cosas. Lo mejor que puede me suceder ahora es salir de la ilusión de los 30 espectadores que asisten al número esta noche. O que el mago salga de prisión. O que una colonia de roedors se coman la caja cartón. O que yo me llame tan fuerte hasta que mi propia voz me despierte. Esto último en el caso se trate de una pesadilla.

9 jul 2011

No me molesta que se vean las piernas o el exceso de color, de todas maneras no me reconozco. Entro en la caja y se cierran las partes. No temo desaparecer pero no recuerdo el truco.

1 jul 2011

"Señor, yo no soy ella ni soy ninguna pero escuchè y aprendí, y creo ser capaz de reproducirlas. Además aqui ya estuve el domingo con el entregador de roedors, justo el día en que la señora se enterró bajo aquel pino. Siendo usted mago engañarme sería muy fácil y aburrido." "¿Engañarla como?" " Los besares." "Señorita, he tenido 4 esposas y necesito la cabeza." "Justamente", le digo. "¿Justamente que?" "Que yo podría, visto el error y la experiencia, asitirlo en el número que hacía la señora," "Pero usted no es secretaria del fuego, es enfermera." "Justamente, alguien podría sentirse mal en sala y en ese caso cumpliría ambas funsiones, además asi como me ve ahora, quiero decir asi como me vió en el hospital llevar bien el bonete y el uniforme almidonado, con el mismo esmero pero sin orgullo, llevaría yo el uniforme de secretaria del mago. Y se estar callada, si es necesario, y disimularme." "¿Estaría usted dispuesta entonces?" "Tengo secreto en mi ni lo que el doctor sabe y hasta lo que emparentiza. Las gentes ven lo que pueden, no lo que quieren, que justamente es lo que tiene obstinada inutilmente a la ciencia, creo. Esta es una oportunidad señor, mi oportunidad de ser en el mundo más alla de mi aplicando."

16 jun 2011

No soy un suministro de partes ni de parientes. También las gallinas andan sin cabeza y nadie reclama. Ahora me va tocar ir al parque botánico con el mago y no es dificil saber lo que va a suceder. Yo no soy la que era ni cuando salí del orfanat pero ni yo me sabía y pensé que no se notaba. Besar en plural en cuanto enfermera es un peligro en cuanto a propagación de germenes. Claro la culpa es mia y me hago responsable aunque no tenga castigo. Y entonces para que sirve la culpa me pregunto. No lo se, no me dedico a los altos estudios pero quien lo hace debería saberlo e informar. Las cosas son lo que deben ser, no son como yo las pienso. Sucede que a veces pienso mal, como cuando llego al 2 y vuelvo a cero, de esto no hay duda. Pero si no hay duda ni castigo entonces para què quiere el mago los restos de su hermana?

14 jun 2011

"Doctor, un señor busca a una paciente". "No me interrumpa señorita enfermera, estoy ocupado", dice mientras se autosuministra un policompuesto químico. "Señor, el doctor está con una paciente grave y no puede atenderlo", le digo al mago mirándolo bien, buscándole el parecido con su hermana. Serán hermanos de madre pienso como primera cosa. La ciencia no explica los factores de las casualidades pienso como segunda, y después se termina el pensamiento, se acera y vuelvo a mirar al mago como la única y primera pero no la última. "Disculpeme", le digo. Y lo beso, en la sala de espera, detrás de la puerta de mi doctor, delante de una paciente, junto al registro, con el bonete que se cae y el moño que ruego para que no se desarme. Después me tapo la boca con la mano y me agacho para recoger el bonete. Debería le decir: pardon lo confundí con el entregador de roedors, o pardon es el eter que se respira en el hospital, pero le digo lo siento mucho su hermana está muerta. "Necesito el cuerpo", dice el mago. "Le falta una parte", le respondo. "Le agradecería me ayude a encontrarla o la remplaze por otra"

10 jun 2011

Trabajo concentrada y sin pensar en las últimas 48 horas pasadas cuando se presenta un señor y pregunta por su hermana. Lo miro pensando en alguna hermana mia del orfanat, pero que hermana mia del orfanat dendría un hermano con traje y sombrero galera? Ninguna, por eso el señor dice que su hermana no es una huerfana sin hogar, tiene una casa al cuarto piso y es una señora que anda sin cabeza. ¿Quod? ¡Es la señora J! ¿ Y como le explico que murió ayer contra un pino? "Mi hermana es mi secretaria", dice, y saca una tarjeta del bolsillo superior del traje con escrito: SR. KELLAR , y más abajo: MAGO.

10 may 2011

Toc-toc, tocan a la puerta. "Soy yo", dice el hijo de la austríaca. "Que quiere estoy durmiendo", le digo. "Nada señorita, diculpe". "Está seguro". "No, pero usted mejoró notablemente su acento", dice. " ¿Y como sabe de mi voz si dormida no hablo?". " Me refiero a las palabras actuales", dice. Ah, pienso sin responder porque es el tipo de conversación sin final ni fin. No quiero despertarme mañana y caminar sin nieve. La nieve est mi seguridad porque no es el piso, es antes. Un antes de mi y de los otros si necesitan los demás también una anterioridad a ellos - al menos cuando caminan.

16 abr 2011

Vuelvo al hogar de la austríaca, que casi también es mi hogar si no fuera que nunca me convidan ni me invitan a sentarme en la sala. Subo las escaleras hasta mi abitación y veo que las manchas de sangre sobre el alfombrado todavía estan. Pienso entons: inventar una historia que no sea la real porque el motivo por el que maté al de la portería nocturna no es de interés, porque el hambre ajeno no interesa ni se comprende. Entro y mi cama esta bien tendida, bien estirada y a mi me gusta dormir vestida sobre la cama bien tendida aunque no se deba. Pero estando sola los deberes me los debo a mi, y si no los cumplo decido luego como proceder ante mi misma. Vacío los bolsillos de mi sobretodo y me saco el reloj de pulso del entregador de roedors que llevo en mi. Apoyo el reloj en la mesa que se dice de luz aunque mi mesa no tenga luz. Mi mesa tiene el reloj, pero no la puedo llamar mesa de reloj ni mesa de tiempo. Mejor pensar en frio antes de dormir y evitar la caída en la baldosa.

3 abr 2011

"No", le digo. Porque el besar fue un error y entons prefiero aceptar regalos ajenos que cambiarme por besos. "Porque no soy destino", le digo. "No soy su destino, señor". Porque si el entregador de roedors ya sobrevivó a una guerra debería de se cuidar y no desafiar, creo, en mi. Porque en mi, él, como el aficionado de fotografía, solo buscan lo que no encuentran y para lamentos están los pacientes de mi doctor, que son mi trabajo. Y no creo que deba asistir a todos como si a todos faltara salud. Tampoco podemos llenar los hospitales de inseguridades.

28 mar 2011

Caminamos el entregador de roedors y yo hasta la calle de las joyerias. Yo pienso en joyas pero me lo prohibo por las dudas, como siempre. Pero siempre no es el hoy y entons lo miro a él con un si quiero verlas todas y cada una. Y pasamos el tiempo eterno nuestro frente a piedras preciosas y oros que forman anillos, collars y pendientes. La cruz que llevaba en el orfanat era de madera pero no la tengo en mi porque la utilizé para estabilizar un lado de mi cama que inclinaba y me impedía el sueño. "No robe nada por mi", le digo. "Con la azucarera me basta".

20 mar 2011

Nada fue como esperaba por eso siempre me digo que es mejor no esperar y perderse de lo que hubiera pasado en la esperaza porque nunca se sabe si finalmente la esperanza- verde como la puerta- sea eso mejor que va a pasar mientras se espera. El jardinero del orfanat me contò una vez una historia de una mujer-no una señorita, una mujer- que quando su amado-no esposo, amado- partía en viaje de negocios o placer, o combinados, ella se ponía una cinta de castidad como prueba de su amor. Esa parte de la historia no la entendí pero no le pregunté al jardinero por pudor de explicacions que no eran oportunas. Pero recuerdo a la señora que murió esta mañana a los pies del pino y a la mujer de la historia del jardinero y se me unen en el pensamiento. Por suerte yo no pienso de más y me organizo separando para evitar confuciones. Mañana es lunes, por suerte, claro.

18 mar 2011

"¿Por qué volviò de la guerra?", le pregunto. " Porque tuve mala suerte", me contesta. Y entons no pregunto más nada porque es respuesta compleja y hoy es mi fin de semana. Me giro para ver la puerta de la que salimos, es verde. Para que una puerta verde me pregunto. Para identificarla. Porque verde no es color de puerta, es color de planta.

14 mar 2011

¿ Cuanto màs puede durar lo que no se? ¿Desde cuando? El aficionado busca en mi. Lo que ve, no es mi problema, y el problema no es el mio, sobretodo porque no ve. Bien distinto sería que su cuerpo sin ropa si alguna vez y por casualidad llegara al hospital. Bien distinto sería. Lo que busca no se encuentra en las fotografías que cuelgan por todos lados desde aca de la cortina. Hubièra preferido ir a una cafetería a comer, el entregador de roedors y yo, solos. O que me haga algún regalo como continuación. "¿Tiene miedo señorita?". Claro que no, pienso. "Si", digo. " No tema, señorita. Cuando cuente hasta 3 la voy a inmortalar", dice. "No es la muerte lo que temo", digo. Y me inmortala con los ojos en ese pensamiento. Y hubiera sido más útil una foto de mi en uniforme para enviar al orfanat que mi inmortalación para uso del aficionado. " Listo", dice como si ninguno supiera contar hasta 3. Y si bien es mi primer fotografía no es dificil de entender que ha terminado la capturación de mi en un tiempo, y que es un hecho análogo a la detención de algunos días o a los corredores torcidos. No muestro verguenza mientras me visto porque soy una enfermera y se como es conveniente comportarse en diversas situaciones para evitar que deriven. Por que sé de esas cosas que se buscan y no se encuentran. Será por eso que mientras me visto los que se giran son ellos, porque temen mi verguenza cuando deberían me mirar y entonces si encontrarían. " Tengo hambre", le digo al entregador de roedors. "Salgamos por la puerta"

4 mar 2011

"Adelante", dice el aficionado como si hubièramos entrado por la puerta. " Quìtese el sobretodo señorita, permítame". "No gracias" digo por las dudas- que tengo cuando las seguridades faltan. "Por aqui", dice el fotógrafo aficionado que dice ser, corriendo una cortina de terciopelo bordeaux que nunca habia visto y que no comprendo como reconozco. Y pasamos los tres del otro lado. Como si hubiera un otro lado ( y en ese caso sería conveniente una cortina en mi hogar para ampliarlo) . Y màs alla de la cortina la trampa, yo. El entregador de roedors me desviste y me sienta en una silla. "Muy bien señorita, no se mueva", dice el aficionado. Y claro yo no me muevo, no respiro, no me muevo.

22 feb 2011

" - Si continua a besarme me obliga a retirarme, ademàs, me buscan". "- ¿ Usted corre señorita?" "- Si, pero no se volverme invisible " Entonces, sin sacarme las manos de la cintura, el entregador de roedors cierra los ojos. Y cuando los abre estamos en el estudio fotográfico de un señor que dice ser un amigo aficionado.

16 ene 2011

"¡Enfermera, enfermera!" Un grito entre las plantas. "¿Est a mi?", le pregunto girándome al entregador de roedors. Y él me contesta que no, que hoy es domingo y no llevo uniforme, llevo vestido azul, en consecuencia no soy yo, y después de la explicaciòn me toma de la cintura y me vuelve a besar. "¡Enfermera, enfermera!", y claro las plantas no hablan.

28 dic 2010

Es lento el caminar. Es el o soy yo no lo se, o no hay diferencia, est todo posible. Yo pienso en la pua chocando contra el final del disco girando mientras caminamos por los Jardines Municipales Botànicos, que son un parque botànico con especies que marean.Pienso en el final de la musica hasta encontrarnos contra un pino, o una conifera, y a mis pies ella que reconozco: la paciente, lo que queda de ella que no es vital porque est en barro. Está ya semienterrada sola.Una paciente tan eficaz despues de todos los problemas que me dio a causa de mis errores, al final se muere y se entierra sola: deberia ser ejemplo. Yo como profesional no tengo preferencias, o no deberia, entons sigo caminando, amarrada a el, a su tiempo, y no digo nada porque la malta y las plantas dan la sensacion de que todo se sabe, incluido lo ignorado, y que no es necesario decirlo.

7 dic 2010

Y antes de salir, apenas levanta la púa que gira contra la parte cartòn del disco. Apenas me tomo el resto de malta. Apenas digo pardon, o adelanta, o lo que sea estoy diciendo, lo amarro y lo beso. En la boca, dentro ( como con el jardinero pero más dentro aún). Lo beso por tiempo indeterminado, porque no puedo besar y mirar el reloj a la vez. Además y sobretodo porque estoy perdida fuera de mi en un lugar que no conozco, creo. Entons, cuando me parece que he abusado de él, o del besarlo, le digo: "pardon". "No se preocupe señorita". "Entons salimos", le digo. Y caminando delante de él salgo por la entrada por la que entré. Y para algo sirve una entrada y salida propia en una casa. No se para que, pero seguramente es cosa útil, porque si no, no las harían, y todas las entradas serían las mismas cosa que limitarìa las salidas.
Espero que él pregunte primero, pero no pregunta y me sirve otra malta. "No gracias", digo cuando ya està servida. "Gracias", digo mientras tomo lo que arde en la garganta. "¿Le duele la mano?" " No, a mi nunca me duele nada, y si me duele lo ignoro. Usted cose bien para ser un entregador de roedors". "Aprendí en la guerra", me dice. ¿Y si luchó en la guerra porque trabaja entregando roedors en camiòn a las 6 de la mañana?, pienso pero no lo pregunto porque est una pregunta íntima. Entons le pregunto si sabe la hora, y él me mira. Me mira porque su reloj está en mi y está fue una mala pregunta. "Pardon", digo. "Su tiempo en mi adelanta, o me adelanta. Y desearìa salir porque estoy levemente mareada, no acostumbro tomar malta por la mañana". Pero antes de salir levanta el sistema a pua del disco, que gira sin mùsica hace rato, y yo por educaciòn, porque el alimento no se tira, bevo lo que queda de malta.

6 dic 2010

Estoy muriendo un domingo por la mañana. La nieve cae de las ramas y cuando llega a mi se derrite. Estoy muriendo sin haber terminado con el doctor. Muriendo antes de tiempo diría esa tonta de enfermera. Muero sola, con preguntas entre paréntesis, con las ganas que me quedaban que el diván sea rojo. Si, muero con ganas. Me hundo en la tierra helada, hecha fango, junto a un pino, hoy, domingo por la mañana. Y esto es todo.

27 nov 2010

Caí, rodé y estoy bajo un pino. Siento la frente contra el tronco del pino, lo reconozco. Una tormenta seria un peligro para lo que de mi queda. Aún peor un adelanto de la primavera. No puedo volver atrás. Mi cuerpo debería dejar el reparto infantil. Mi división se impuso y toda opinión está de más. Escribí en cada ventanal sus nombres: las tres hijas que no tuve y que negué, los hombres que amé y que negué. Y si ahora se derrite la nieve muero junto a este pino.
Entro al hogar del entregador de roedors. La llama casa a la habitaciòn porque tiene entrada propia. Eso ya lo noté la primera vez que vine y ahora lo vuelvo a notar ( tener una entrada propia est saber por donde entrar y por donde salir en forma independiente). Me quedo parada por temor de volver a romper la silla. Aunque la cautela no est temor yo ahora temo: entons mejor me quedar en pie y no hablar. Ojalá pudiera o pudiese leerme, como los magos, que después de cortar a la secretaria vestida de rojo en 2, la unen, y en el numero siguiente leen las mentes de los presentes mientras la secretaria se cambia el vestido rojo por uno verde. Ojalá tantas cosas que la ciencia no habilita. "¿Puede poner un disco de música?", digo. Y él pone a girar un disco. De su armario saca una caja que es su costurero, que los hombres que viven solos también tienen costureros. Y sin que yo diga el elije un color y enebra. Después abre una botella de alcools , de malta, sirve un vaso, me hace tomar un trago y sumerge la aguja. Extiendo mi brazo hacia a él y todo est peligro: su tiempo en mi, su reloj verdadero con malla de cuero en mi. Mi herida abierta que no siento pero delata. No est el dolor lo que temo, es el explicarme mal acerca de lo que sucedió con el de la portería nocturna. La malta es fuerte como el desinfectante del hospital, que yo no ingiero, claro. Eso que delata est motivo para beber la malta porque yo no soy ni el mago ni la secretaria. Pero est el motivo por el cual vine a lo él que llama su casa. Para explicar que me resbalé por eso me corté. Y que si el de la portería nocturna està muerto es porque tuve que matarlo.
"Problema serìa que la primavera se anticipe y la señora se ahogue en las aguas de la nieve derretida". "Señorita está sangrando", me repite el entregador de roedors. "El problema sería la señora, estaba pensando ¿Usted me escuchó decirlo?" "Si, usted lo dijo pero no se de que señora está hablando". "La señora que usted vió una noche cuando yo dormía en el laboratorio", le explico. "Una paciente del doctor, una que lleva por separado el cuerpo de la cabeza por un corte por error". "Señorita, si usted me permite ayudarla a coser, si permite la lleve al hospital o a mi casa". "Problema tambièn es que las cosas se piensan tan fuerte que parecen escuchadas. Por eso tantos pacientes tiene mi doctor: los que escuchan de más y los que no hablan. No, al hospital no, llèveme a coser a su casa por favor"

25 nov 2010

"Creo que prefiero que no me amarre". "Disculpe señorita, me pareciò escuchar que queria". "¿Me presta su reloj de pulso, me deja llevarlo mientras caminamos? Y sin decir si ni no, se remanga el sobretodo, el pullover siempre azul, y de la ranura de la malla de cuero se corre el gancho de metal hasta desabrocharse por completo el reloj (que tiene muy cerrado para no perder el tiempo, el reloj - que son palabras que se parecen pero no son sinónimas). Me toma el pulso del brazo que apenas me acaba de soltar y asi como quando se casan las monjas o las novias que se ponen el anillo del hombre o del dios, él me amarra al pulso su reloj. "Ah", digo de más. "¿Le gusta?" "Si creo". ¿Que tiene su mano que sangra?" "¿Estoy sangrando?" "Si señorita, está sangrando".

20 nov 2010

No, el camión no me importa. Caminar sin hablar con el entregador de roedors: en esto pienso, esto quiero. Se acerca y no se acomoda nada: asi como el frío lo pone lo deja, o se deja, o asi queda. Y antes de que suene a la puerta y él pregunte por mi, antes de que toc tocquen a mi puerta y yo pregunte quien est o diga si gracias estoy bajando, estoy abajo. "Gracias", le digo anticipada. "Es un placer", dice sin todavía saber. "¿Vino con el camión de las entregas?". "No, vine a pie". "Caminemos entons", le digo. "¿Puedo tomarla del brazo?", pregunta y ya estoy tomada. Agarrada, llevada por primera vez del brazo de un hombre por la calle, delante de todos: los vecinos, el dueño de la tabaqueria, dios, todos. Todos ven, yo veo: parezco una novia, pero no soy novia. Pero eso van a pensar porque no se camina de domingo con un hombre asi, lo se, no soy tonta, y por demás tengo motivo. Claro que no me puse las medias en las manos.

6 nov 2010

Duermo 17 horas sin abismos. Sin nada, sin siquiera caídas cortas a la baldosa desde la cama. La herida de mi mano está casi cerrada. Apenas una linea que es igual a la que los primates tienen en las manos - o lo que sea los primates tengan y parezcan manos ( no estudié veterinaria zoològica yo, no puedo saberlo ni quiero ofender a los que defienden los zoològicos de la maldad humana). Me lavo con jabón blanco y me visto de bordeaux. Me acomodo los cabellos como se los vi a una señorita: copio el peinado de una señorita que vi desde el tram bajar de un automovil con este peinado y un vestido verde, pero con zapatos y cartera de cocodrilo, que claro yo no tengo. Si tuviera un vestido verde no lo llevaria porque es demaciado vistoso y no es color adapto para vestir; es color de plantas no de vestir. El peinado no me queda mal ; me hace algo más alta y parezco una esfinge (si me viera el sin dientes le gustaría, reiría ). Espero en la ventana, en la sombra, claro yo también se espiar no soy tonta. Quiero verlo llegar al entregador de roedors. Quiero ver si se ajusta el sobretodo, mira la hora, si finge. No confío en los hombres. En ninguno, y no es por el orfanat. Ni es por el doctor, ni el jardinero, ni el dueño de la tabaquería, ni el de la portería nocturna, ni es por el hijo de la austriaca. No, es por él: el entragador de rordeos. Porque me dijo que esperaba afuera mientra yo pasaba al toilette pero cuando salí él ya estaba dentro. Por eso no confió. Del resto, de dormirle en la alfombra no me importa. Deseo que me invite, pero que no robe para regalarme azucareras porque yo como en terrons. Si me regala un reloj de colgar al cuello o de pulso lo acepto y no pregunto si es robado ( es de tontos preguntar lo que se sabe y no es gentil porque pone al pròjimo en dificultat). Quiero verlo llegar. Quiero mostrarle la palma de mi mano, la mano mia abierta. Quiero contarle lo que pasó con el de la portería nocturna. Claro, con la sangre bièn lavada, la herida cicatrizada y el hijo de la austríaca que no dice nada, será difícil hacerle creer que maté a un hombre.

3 nov 2010

No me preguntaron bièn porque les escondì. Escondí la herida de mi mano. Ellos me indignaron pero yo los engañé, oculté. Claro no voy a bajar ahora corriendo para mostrarles como me lastimé con el bisturí cuando me caí, no, prefiero reparar las medias ya que no las voy a volver a usar como si fueran guantes. No voy a usar nunca más las medias para mentir. Si me preguntan si mentí voy a contestar que no: que con las medias en las manos era deducible que estaba ocultando algo.Y si la policía no lo vió el problema no es mio. Hoy podría no comer porque mañana el entregador de roedors me invita. Si la austríaca no enciende los 2 hornos puedo soportar el hambre, espero. Espero hasta mañana. Me aguanto; si no lo pienso no lo siento, o me olvido (que para el caso es lo mismo). No estoy obligada a soportar ni hambre ni frió. Pero practico, nunca se sabe, est útil saber soportar la adversidad. Yo se soportar aunque aún no se que uso darle a lo adverso. Claro que el hijo de la austríaca, ya que tanto me mira, podría haberle dicho a la policía estado y horario en que me vio llegar. Pero no necesito que mienta por mi, se mentir sola y a pesar de mi, de mi explicarme. Si por lo menos ofrecieran una porción de tarta. Si alguna vez me invitasen un sábado como hoy a la sala para conversar. Porque si miran por la ventana o respiran en mi puerta sería más eficaz convidarme y conversar directamente en la sala, que no voy a manchar con sangre la sala. Que si me invitasen ni siquiera me sentaría: por pudor, por educación y por preferencia me quedaría parada.

26 oct 2010

"Est sangre, no ve?" le digo al policía. "Ah". contesta. "¿Còmo que ah? Usted es policía, debeme de preguntar porque mi bota está manchada de sangre". Y el otro policía, el de los 3 grados dice: "Pero si es el ùnico par de botas que tiene y trabaja en un hospital es normal que estén manchadas con sangre". "No, no est normal", digo yo, y me doy vuelta indignada. Y est la primera vez en mi vida que estoy indignada, que puedo usar la palabra, y que coincide con la retirada. Est la primera vez que el tiempo fuera y dentro de mi coinciden. Y entro, cierro, y la austríaca su hijo y sus familias se alejan de sobresalto de la ventana. "Era la policia", digo. "Me buscaban". Y hago una inclinaciòn y subo ya no más indignada ( porque el tiempo de coincidir duró poco). Podría haberme ahorrado cortar las medias. Y la inclinaciòn ya no se si la hago por educación o por que soy demaciado alta.

25 oct 2010

"Son las medias, hace frío", digo mostrando las manos. "Si, 3 grados", dice un de los policías. "Uso tambièn medias en los pies, porque les hago zurcidos, se zurcir invisible, y a la vez prevengo la ipotermia de los artos inferiors y superiors. Tengo muchos pares", digo, y hago como que me levando el vestido (para mostrar las otras medias de lana). Pero no llevo medias en los piés, porque no es verdad que tenga tantas medias de lana. Pero, y por suerte, el otro policía dice: "No, no. No se moleste señorita". Y yo dejo el vestido, que cae sobre las botas y cuando veo las botas están manchadas. Y justo estoy por decir algo más; decir que hoy es sàbado o que los zapateros tienen un oficio particular cuando el policía de los 3 grados me pregunta. "¿Usted trabaja turno día?" "Si, de noche vuelvo aqui a mi hogar. Soy enfermera profesional A, no estoy capacitada ni autorizada para las noches. Las noches son diferentes a los días, por la luz, la sombra y otras cuestions técnicas de la enfermería. Además mi doctor recibe solo con cita, de dia. Asi que mi turno es diario es diurno". Y otra vez se quedamos en silencio, y espero que me pregunten, o que me esposen sin preguntar nada. Y no estoy soportàndonos perdiendo el tiempo sin preguntar lo único que la policiía debe preguntar, y pienso que tal vez debería haber agarrado el sobretodo para ir a la càrcel bien abrigada. Pero no, no preguntan nada y miran, falso, Y me doy cuenta, porque claro no soy tonta, se de miradas. "Que lindas botas", dice el policía, el que dijo no se moleste señorita. "Son las únicas que tengo, son las de ciudad, quemé las del orfanat".

20 oct 2010

Bajo vestida de azul con las medias celestes en las manos. En las 2 manos, para que sea simetrial. El hijo de la austríaca está en la puerta con la puerta abierta y la madre le dice que cierre porque se va el calor, porque entra el frìo. El me mira bajar, nos miramos. Cierra la puerta y estoy afuera. Hay 2 policìas, esperaba más. Los 3 vestidos de azul parecemos uno, salvo por las medias en las manos, claro, que se nota no son pitons ni guantes finos. Ellos si llevan guantes. ¿Me van a llevar ya ahora presa? ¿Tengo que hablar o espero a que pregunten por primero?

18 oct 2010

"¿Preguntan por mi?". "Si",dice el hijo de la austíaca respirando detrás de la puerta. "¿Y digieron mi nombre?". "No. Digieron la señorita enfermera que alquila la pieza". ( Yo la llamo hogar, pero es una pieza, una parte de la casa de la austríaca). "Estoy sin vestir, y sin lavar. Si pueden esperar afuera. Usted sabe su maman no permite visitas". "Si, si, señorita". "Muchas gracias se lo agradezco", contesto. Y pienso: 1)¿Como escondo la herida en la mano? 2) Si me pongo el vestido azul no me queda que el bordeaux para salir mañana con el entregador de roedors. 3) Podrìa cortar una media celeste que combina con el azul y usarla de mitón.

17 oct 2010

Ingresé el 2 de noviembre. Tengo 35 años. Las tres hijas que no tuve se llaman Aurelia, Laura y Rosaura ¿Pero si no las tuve, cómo se que así se llaman?

16 oct 2010

Toc-toc. "¿Quien est?". "Es la policìa", dice el hijo de la austríaca.

14 oct 2010

Todo limpio y cosido como si nada hubiera pasado. De todas formas pasó y no lo niego. La herida duele. Pero si no la pienso la olvido, y si la olvido no duele. Esto lo aprendì de las pacientes del doctor. El doctor dice que es negaciòn. Yo pienso que negar sirve y no es negativo como el doctor pretende. ¿Acaso que pasó en la abitaciòn de las sábanas? Pasó que acabó en mi (la aceptación del doctor). Se hubiese negado y me ahorraba un disgusto. Niego el día de hoy, lo ignoro. Me ausento de mi, cumplo mi deber y solo pienso más allá. Osea: en mi no pienso. Ignoro mi herida y cierro el puño suave para que no se vea. Pude haber crecido de 2 centímetros esta noche, no me gusta ser alta. El día de hoy terminó. Se habló en los corredors de un muerto, personal de la portería nocturna que encontraron cerca del comedor.

8 oct 2010

Subo la escalera y me cierro a llave en mi hogar. Primero como el pan sin pensar en nada. La herida es profunda porque el bisturì era filoso y caí con todo mi pesó (67 kilos en 1,76 cm de altura crecidos en 21 años) . Termino el pan y agarro una aguja del costurero que me regaló la madre superiora al dejar el orfanat para que remiende las medias y aprenda costura (porque concideraba que la ciencia no era adapta a mi, por eso me hizo el regalo). Pongo agua a hervir para el te y la desinfección. La cinta blanca de mi delantal ahora es rojo cardenal. Mi uniforme est también enrojado, no de mi, del de la porteria nocturna. No tengo otro uniforme completo para mañana, entons despues de coserme la herida voy a lavarlo y almidonarlo todo. Mi promesa a la paciente no fuè cumplida. Juro que mañana la llevo a su casa, sea entera que separada. Est lógico se pierda si está sin cabeza ( o si sin cuerpo), no se que es más importante para ella. Yo solo quería entrar al comedor porque tenia apetito, pero estaba cerrado a llave. No est un crimen forzar la cerradura de un comedor si uno tiene hambre. O si me dicen que es la hora y no la es. O si me piden de girarme para ver-me y justo tengo un bisturí en la mano, no es mi culpa. El alimento debe ser libre. Soy enfermera y no tengo que mostrar mi uniforme fuera de las horas de trabajo. Ya hierve el agua. No lloro porque no se llorar, porque estaba prohibido. Pero ahora nadie me prohibe más y puedo aprender a llorar. Me muerdo el bretel de la camiseta y de la enagua para no gritar. Tengo hilos de todos los colores, pero claro uso el más discreto. Nunca había sangrado antes (aparte de mis cosas mensuals). No me gusta ni disgusta la sangre, me da igual. Pero si se seca es difícil de limpiar. Entons me apuro a coser y luego lavar uniforme y delantal. ¿Quod? El piso también está ensuciado. Voy a controlar las escaleras, que por suerte tienen una alfombra bordeaux , y el rojo cardenal bién podria no notarse.

6 oct 2010

Me lavo bien las manos, me cierro el sobretodo, guardo el bisturì en el bolsillo y dejo el hospital hacièndome la invisible. No voy a perder el tiempo esperando el tram y entons camino. Sin apuro camino hacia mi hogar. Queda el pan de ayer, el que no se comió el infante sin dientes, y me quedan tambièn los terrons de azúcar decorados. La noche està más oscura de lo habitual y no es una impresión: las lámparas de la iluminación municipal estan apagadas, fuera de función. Entons la noche est oscura más allá de mi, no dentro mio. A la oscuridad no le temo, pero tengo que estar atenta a no resbalar por que se formó hielo. Para que pienso esto no lo se, es un pensamiento de más porque apenas termino de pensarlo resbalo. Me clavo el bisturì en la mano, con la cinta del moño del delantal me hago un vendaje para detener la hemostasia que se detiene parcialmente antes de llegar a la esquina de mi hogar. Tiro el bisturì en el contenedor de la inmundicia, el mismo donde la otra noche dejé al roedor (a quien extraño para compañía y para experimentacións). Llego, entro y el hijo de la austriaca está en la sala. "Buenas noches señorita", me dice. "Buenas noches", digo.

5 oct 2010

No es la hora y el bisturì es mi mano. No es la hora y el bisturì despuès de forzar la caja y la cerradura aún está afilado. No es la hora hasta que suenan las campanadas que anuncian. Y entons le digo al de la portería nocturna: "Ahora entiendo, es la hora". Y ahora el bisturì soy yo .

2 oct 2010

El de la portería nocturna continua diciendo "es la hora". Parece salido del libro del terror de la biblioteca de la austrìaca. Pretende asustarme y me asusta. Creo que por el dispensario ya pasó (y abusó), sucede, se envician. El apetito me continua no obstante hace 3 minutos lo hubiera o hubiese cambiado, para no girarme, para no mostrarme. Cuando pasaba las noches en el laboratorio a temperatura constante no vi personal de la portería nocturna. Nunca nadie preguntó - a parte de la enfermera del 2 y del entregador de roedors. Ahora que este señor repite que es la hora ( y yo no escuché sonar las campanadas) no le voy a decir la verdad. "¿La verdad, que verdad?" Eso si me gustaba leer y escuchar en el orfanat, eso no me asustaba. Asustaba a otras. Yo no me hago esas preguntas o la dejo sin contestar a la verdad. Ahora estoy en dificultad me parece

1 oct 2010

¿ Porque sigue dicendo que es la hora? Prefiero no comer a la portería nocturna. Tendria que decirle que tengo acceso al dispensario. Tendría que ofrecer. Tendría que decirle: "si padece se algun mal o desea suprimir un deseo, si desea olvidar". Y cambiar la hora por policompuesto quìmico del dispensario. Si, eso debería decirle ahora.

29 sept 2010

-¿Què es que está haciendo con ese bisturí ? -Si, es un bisturí, no es una lima. Temo que no pueda usarse más en intervencions. -El horario de visitas terminó. -Lo se, trabajo aca, ve. (Y me abro el sobretodo y dejo ver mi uniforme de enfermera profesional A). -No veo, muestre mejor. -¿Quod? -Muestre mejor el uniforme. - Ve la A? (no me giro como un trompo para que me vea todo). -Tengo hambre, no almorcé, estaba en la terraza, me perdì el plato del dia. ¿Usted comió, que servían? -¿ Enfermera, vio el aviso de peligro en las escaleras que llevan a la terraza? -Si, lo vi.¿Lo escribió usted? -Si. -Ah. -Hace 3 dias. -Ah, tiene retraso el aviso. -Es la hora. -Tendría que me alimentar antes de la hora. Si pudiera o pudiese entrar al comedor ¿Usted es parte del servicio de portería nocturna? ¿Tiene por casualidad acceso, una llave? -Si, tengo. -Yo ahora tambièn estoy de nocturna, hoy es mi primer día...mi primer noche. -Es la hora. -Usted no me vio antes porque es mi primer noche. -Es la hora.

28 sept 2010

Lo que se me tuerce son los hombres que vienen de la guerra. La hipòtesis que vayan y vuelvan, el estado en el que regresarían si alguno de los hombres quedara o quedase con vida. Se tuerce la opciòn del vestido azul o el vestido bordeaux para el domingo. Porque yo se que los corredores están derechos, no estoy desafiando la arquitectura . Y si la enfermera del 2 tiene el derecho de cuidar a pacientes especiales sería aconcejable que estudie como ella, que obtenga el tìtulo de enfermera profesional B yo también: pasar de la A a la B. Si pierdo es por distracción y por ignorancia. Pero no puedo decir que lo siento porque no siento en particular, ninguna sensibilidad, y porque los errores no los hago a propósito, los evito pero acontecen. Mejor no escribir lo del veneno.

27 sept 2010

Se tuercen los renglones de la ùltima carta que escribí. Se tuercen los corredores y sus futuros pisos dameros. Yo no juego al ajedrez, no se las estrategias del juego, no juego de mesa. Yo trabajo y solo trabajo. Paso la noche en el hospital. El laboratorio esta cerrado a llave. La llave la tiene la portería nocturna donde no voy a preguntar por la llave (porque está prohibido permanecer o buscar alojo en el hospital durante las horas nocturnas) . Porque celar es pecado no lo entiendo, pero asi es. Será por egoismo. Pero entonces no deberían ni de existir los pronombres personales. Hay muchas cosas que no se y debo aprender. Si fuera por ignorancia se me hubiera prohibido el nacimiento. ¿Habrà forma de entrar al comedor a estas horas?

25 sept 2010

Las 5 pacientes son sometidas a procedura. Yo bajo los watts por pietat ya que cientìficamente ninguna presenta mejoría y el resto queda entre las parèntesis del doctor. El tiempo es lento, como la degestiòn del doctor que no quiso digestiv ni otro del dipensario. Termina mi turno, ordeno, me pongo el sobretodo y subo a la terraza. ¿Pero dònde está la cabeza de la paciente? En la caja solo hay palomas. Las vendas se enredaron en la antena radio y flamean que parecen bandera de paz en guerra (después de haber perdido, al rendirse). La chimeneas están. Todo está menos la cabeza de la señora. Pero yo la dejè acá, no comprendo. No desespero porque est necesario mantener el control, pero esto me confunde. ¿Dónde está la señora? Yo en guerras no asistí porque soy joven y aqui no hay. Pero hay. Y si llegara la guerra mis pacientes no serían más estas señoras. Mis pacientes serían jóvenes hombres, mutilados o con traumatismos de vario tipo. Eso es si sería, es hipótesis. Ahora es que yo no vuelvo a mi hogar hasta no encontrar la cabeza de la señora. Tengo algo de apetito, claro, no almorzé. El dìa de hoy fue 4 horas màs largo. Voy a recorrer corredors y repartos hasta encontrar la cabeza de mi paciente. La enfermera del 2 podría haberla robado. Si no estuviera penado por ley la envenenaría a la del 2 por celos. Los celos sont pecado. Entonces estoy pecando. Lástima porque mi ley es el tiempo y para el veneno hay antídoto.

24 sept 2010

No despierto. No soporto. Los pájaros se anidan en mi cuello y a la vez estoy en el reparto infantil. Se congela. Los niños usan mi cuerpo: una pelota de trapo en el lugar de la cabeza y ruedo bajo las camillas haciéndoles creer que soy quien desean que sea. En la caja soy el error de la fortuna. No la mía. Con la fuerza del cuello ruedo hasta la cornisa y me dejo caer. Vuelo hasta la vereda nevada. La terraza termina en usted, escuché. No, la terraza continua.

22 sept 2010

"Pardon por el retardo, doctor. El ascensor está fuera de servicio, tambièn la cámara frigorífica de la morgue está fuera de servicio. Parece que las cosas no están en su función hoy. ¿Tuvo un buen almuerzo, quiere un digestiv, doctor? Est bueno un digestiv luego de las comidas. Tiene 5 pacientes. Cuando esté listo hago pasar a la primera". No entiendo porque el doctor tiene solo pacientes mujeres. Una sola vez 2 hombres: al primero lo derivó, con una orden de audiometría. Al segundo le dió el alta y el paciente se suicidó a los 2 días. El suicidio era pecado en el orfanat y lo comprendo. Est un insulto. Vino la policía y me preguntaron tambièn a mi, que pensaba yo. Me lo preguntó un oficial de policía que dijo que debía seguir el interrogatorio en mi domicilio. Entonces yo le dije que no tenía, claro, no soy tonta. Después me hicieron firmar, pero tampoco firmé mi declaración porque no era el caso de firmar una mentira- no como cuando firmé el recibo por la entrega de los roedors. Entonces vacié todos los tinteros del consultorio del doctor y finalmente no firmé. Nunca volvieron, por suerte. No me gustaban. Tampoco el paciente. Yo no leo en las mentes, no se si las gentes piensan en sus muertes o en lo que tienen que hacer. Yo ahora tengo las tijeras dentro de la bota, entre la media de lana, bien fija para no lastimarme. Y el bisturì lo tengo amarrado al chignon, dentro al bonete. Y lo mas lejos de mi es la muerte - aún en el hospital y con la cámara frigorífica fuera de servicio. Si el doctor digiriera o digiriese mal, cosa que le sucede a menudo, en menos de 10 minutos devuelvo las tijeras a su cajón y me saco el bisturí del bonete. "¿Quiere un digestiv, doctor? "No, gracias enfermera". "¿Seguro, no quiere como siempre su digestiv o alguna otra cosa del dispensario?"

20 sept 2010

Durante el descenso llego a la conclusión que mi tiempo ralentado equivale a las notas que el doctor emparentiza. Sus paréntesis son como mis retardos, o son sus dudas, cosas a las que no encuentra justificación cientìfica. Puede ser vicio o contagio. Pero el ralentarse de las escaleras me pertenece, a mi, porque el tiempo es ley (y yo no impongo las leyes), pero tendría que imponerseme algo. Algo más de lo que ya se me ha impuesto y yo respeto no obstante el error. Recordarme de no volver a utilizar las escaleras de incendio.

19 sept 2010

Estoy llegando tarde, no es la primera vez. Las escaleras de incendio, que deberìan ser más seguras y sobretodo ràpidas, realentan. Si hubiera un incendio, me pregunto, si hubiera un incendio, me pregunto y me respondo, estas escaleras servirían a bìen poco. Pienso en un posible incendio porque no se en que pensar, claro. Porque no se que hacer, nada. No hago nada. O hago como si nada por el momento, osea: entro al reparto escondiendo las tijeras y el bisturí (a algún paciente le puede estar prohibido estar en contacto con elementos filosos o cortantes), miro el libro de turnos, controlo los presentes y hago esperar antes de pasar. Antes entro en el consultorio del doctor y digo:" Pardon doctor por el retraso" con una inclinación leve y después: "Le devuelvo las tijeras". No, mejor no digo que devuelo las tijeras. No digo nada sobre las tijeras. Las tengo y las devuelvo a su escritorio en el momento apropiado, que no se cual es. Debería ser este el momento. Caso contrario se me posponen las cosas, se me realentan las escaleras.

17 sept 2010

Tengo que cancelar toda la escritura. Aunque nunca lleguen mis cartas al orfanat. Sería prudente cancelarlas- lástima el desperdicio de papel y de tinta- Tirarlas o esconder todas las cartas.

15 sept 2010

Espero el ascensor pero no llega. La escalera principal est lujosa y no me siento a gusto bajando porque me miran como si nunca hubieran o hubiesen visto una enfermera bajar las escaleras de un hospital. Mejor bajo por las escalera de incendio.

13 sept 2010

Suenan las campanadas. Anuncian la hora que indica que terminò la pausa del mediodia. La paciente no despierta, duerme. Como son mi deber todas las pacientes la dejo aqui en la terraza. La dejo medio abierta o medio cerrada - no sea que se encastre de nuevo la caja marròn de te devuelvo los regalos y tenga que volver con el bisturì a destrabarla. Ahora la dejo en el palomar, asi no me olvido donde està. Ah, recordarme al regresar de controlar el sonar de metal que escuchamos en el ascensor con el entregador de roedors. Recordarme de pensar en el vestido apropiado para el domingo: el azul o el bordeaux, por suerte solo tengo 2 opcions. Bajar las escaleras con cautela aunque el aviso de PELIGRO estè para el que sube y no para el que baja (yo ahora bajo).

9 sept 2010

El bisturí corta preciso y la caja se abre sin oponer resistencia. Por suerte la caja queda intacta y puédese darle utilidad en el futuro. "Señora, por fin", le digo a la paciente Jacqueline. (¿Se las llaman pacientes por todo lo que esperan o porque otros motivos?) En realidad esta señora no espera nada: ese fuè error del doctor entre paréntesis: suponer que la paciente esperaba algo. Le explico a la señora Jacqueline, brevemente, todo lo que sucedió desde que el sin dientes descalzo en la nieve me trajo su nota con la caligrafía ilegible, hasta ahora. Hasta el cartel de PELIGRO. No comprendo mi compasión por ese infante sin dientes. Me recordó de mi caminando en la nieve sin zapatos. De mi no padre ni madre. De los pesares que no me pesaban. Del alivio de no tener que amar a los padres ( que nunca comprenderé para que sirven - ya que la nutrición y alimento los dan en el orfanat , y las hermanas se ocupan de las otras cosas y del resto). Ser una hija del cielo, ser quien soy, es mejor que ser otra. La gente cuando dice que las cosas no fueron como se esperaban me causan pietat ( que es como un dolor en mi alma helada) ¿ Y que me sucederá cuando la primavera me deshiele? Veré cuando llegue. Las que están en el hospital le lloran al doctor por las cosas que no fueron como esperaban ( ¿por eso están enfermas, o eso las enferma?) A la madre superiora - que cada vez es menos excelentissima - tampoco le voy a escribir esto. Cancelo. No le interesaría. Ella es una mujer que dice no serlo, que sacrificó su ser mujer para servirnos. Ella no sabe que nos servimos solos y que su sacrificio no es lo que ella llama amor. Que fué cruel en su sacrificio, como esos padres que por error de la fortuna no tuve. Nadie hizo sacrificios en mi nombre (porque hace tiempo hasta las religiones antiguas prohiben los sacrificios). Sobretodo yo sacrificios nunca pedí. Es fàcil decir que una se hace hermana para servir -y asi negar la realidad: como no saben ser mujeres se evaden en nombre del amor por los niños, las obligacions y el resto que las hace martires de ellas mismas; como la paciente que sueña sin cabeza y dice que el sueño no era lo que esperaba soñar o que no funcionó ( ¿ Pero que es un sueño que no funcionó?) Yo las quiero a mis hermanas, pero ellas no entienden esto, no pueden: sufren y solo hacen sus cosas entre ellas, o el licor, o alguna donación ( porque adoran las bellezas materiales aunque digan ser austeras y lo escriban al ingreso del orfanat como motivo y bienvenida) . Las hermanas del orfanat son soberbias y orgullosas. Predican austeridad más gustan de los lujos como los que brindaba la propietaria del oso embalsamado - la propietaria de las tierras que hacia las donaciones. Por todo esto me fui. Y por eso ahora hago lo que ellas como enfermera: para comprender y no repetir. Y después veré lo que haré, cuando el después llegue. Tomo la cabeza de la señora. Metros de gaza hasta llegar a su piel. Tiene los ojos cerrados, no recuerdo el color. Los cabellos crecidos desde la última vez que la vi con la cabeza sobre los hombros. Me lo había olvidado su rostro. La boca. Las mandíbulas duras se le contraciden a la piel que parece taza de porcelana vieja . "Señora, señora, soy yo, la enfermera del doctor". "Señora, despierte, voy a injertarle la cabeza para que pueda volverse a su casa". "Señora, ¿donde dejo el cuerpo que no está en el estante?" " Despierte señora". "¡Despierte, despierte!"

4 sept 2010

Para que está el cartel de PELIGRO en la escalera no lo entiendo. Pero algún peligro habrá si pusieron el aviso. La cámara frigorifera no la repararon y trasladaron los 2 cuerpos (no a la terraza, claro). Si la terraza helada remplazara la cámara frigorífera se ahorraría. Pero a quien le interesa ahorrar lo que no tiene. A la paciente le resulta fácil soñar, claro: es fácil soñar sin cabeza y desentenderse. Si el sueño no coincide puede decir que no era suyo, o que fue mal interpretado, o que está confundida. Las mismas cosas que el doctor pone entre paréntesis son las cosas que ella justifica. Est difícil de explicar esto. No lo explico. Ni se lo escribo a la excelentísima madre superiora. Lo cancelo. Una cosa habilita a la otra, como las lamas de las tijeras, está comprobado cientificamente. La caja está donde la dejé: en el palomar. La dejè en el mismo lugar donde hace 40 dias olvidé la cabeza . Esto es muy importante: dejar las cosas en el mismo lugar donde fueron olvidadas una primera vez si existe la posibilidad de una segunda. Pero el lugar y las repeticiones deben darse en un determinado lapso de tiempo. O espero que asi sea. Debería comprobar que asi sea la ecuación. Porque de no ser asi, de ser al infinito, yo no tengo tiempo para repetir siempre las mismas cosas.

2 sept 2010

Entro al ambulatorio de mi doctor, no está. Están sus libros, la vitrina, el diván, la camilla, los sillones, el escritorio y la silla. Tiene todo ordenado porque lo ordeno yo, claro. Las tijeras están en el cajón de la izquierda, nunca las usa, regalo del marido de una paciente que murió. Un regaló del viudo al doctor, en agradecimiento por las curas el viudo le regaló un juego de escritorio: abre cartas, pisa papeles, tintero y el par de tijeras- que son una sola tijera pero se dice un par de tijeras porque una lama hace a la otra. Asisto con devoción como me enseñaron en el orfanat y en el curso de enfermera profesional. Devoción, ciencia, servicio y paciencia, en ese orden. Creo que el doctor deberìa curar en vez de escuchar y las demás cosas. O debería dejar de experimentar curas con policompuestos quimicos y las demás cosas y enseñar a sufrir. Sin duda el tratamiento seria eficaz para las pacientes que no saben sufrir. O las que sufren por error ( como el caso de la cabeza que cortè, por error mal entendido). Tengo las tijeras, tengo el bisturì, vuelvo a la terraza para abrir la caja.

31 ago 2010

El doctor tiene un pariente que est también doctor, francés. Mi doctor no es famoso como es doctor Charcot de Francia, pero es doctor porque se ve es gusto de familia. El pie de Charcot no fuè investigado por mi doctor, pero el destino quiso que la esposa de mi doctor padezca la enfermedad del pie de Charcot. Mi doctor no tiene una vida suya (aparte del pié sufriente de la esposa). Vive del dolor de sus pacientes, que nunca cura. Porque si las cura: de que vive luego? No es vanidoso, no se vanta de curar, más necesita cuidar, y para cuidar siempre tiene que haber enfermos: si los cura se acaba su función y su divertimento. Lo que emparentiza en sus informes es un 70 % de lo que escribe. excede. A veces garabatea, amplio; desperdicia toda una hoja para un medio circulo. Yo le doy las hojas de vuelta del lado del revés, porque las hojas cuestan. Los árboles no están para sus garabatos ni para su 70% de diagnósticos ente paréntesis. El primer informe que el doctor me entregó sobre la paciente Jacqueline llevaba escrito entre paréntesis: "( ¿La paciente está realmente enamorada de mi , o le parece estarlo?)". Yo como enfermera no comprendo esta pregunta: ¿Porque poner el amor entre paréntesis? El enamoramiento es exacto: se está o no se está , los síntomas son bièn evidentes. Ejemplo: hoy por la mañana la temperatura era de 4 celcius bajo cero. Yo no sentía el frío, un señor en el tram temblaba de frió. Conclusión: interrogarse entre paréntesis si el señor está con frío, o le parece sentir frío ,es desperdiciar hojas de papel.
El doctor

30 ago 2010

Juro, juro, jurè, a la excelentísima madre superiora que una vez llegada a la ciudad le escribirìa. De de mi trabajo y de mi vida, de cuando me case o decida volver al orfanat- cosa que no haré jamás. Yo escribo todo bièn con detalles como pidió ella. Pero siempre doy un paso atrás en la oficina de correos cuando llega mi turno de estampillar y enviar. ¿En que voy a pensar cuando cambien los pisos del los corredors del hospital? ¿Cómo voy a ordenarme sobre metros y metros de pisos dameros? ¿Cómo voy a saber el camino sin las guardas del costado? Bisturí hay en cirugía. Tijeras en el escritorio del doctor. Jurè y ahora falto al juramento porque no se donde se separa lo que pasa y lo que pienso. Por eso no envío las cartas al orfanat, o porque ya no creo en los rituales como necesitad del orfanat y prefiero estudiar ciencias. Las ciencias son claras respecto a lo que en efecto sucede y lo que solo se piensa - que también sucede, ciertamente, no lo digo yo. Y tantos años de rezar, aún haciendo trompos, subiendo a sonar las campanas, cargando leña, quedan tan distantes del hielo de esta ciudad, de mi tiempo, de mis cabellos que en vano amarro. Distan de la habitación de las sábanas, del doctor, de una caja que no se abre , de los roedors curando la ipotermia de mis arcos plantars. Dista ese juramento de nombrar mi vida cuando tengo siempre tanto que hacer. Ya tengo el bisturì, voy por las tijeras.

27 ago 2010

Se rompió la cámara frigorífica de la morgue y dicen que van a embalsamar a los cuerpos, que hoy son 2. Yo propondría, si fuera mi deber organizar, llevarlos a la terraza. Aprovechar que está nevada, que hace más frió fuera que en el deposito de cadáveres. Además de las tijeras voy a subir un bisturí, para abrir la caja, claro, por las dudas. Una vez fui con 2 hermanas del orfanat hasta la casa de una familia; familia con tierras y todo lo que les toca. Entramos porque la propietaria era gentil. Nos dejó sentadas en una sala mientras traía dulces para mi y licor para ella y las hermanas. Y en la sala había un oso embalsamado, de decoración. La señora propietaria parecía sentirse aliviada entre los pobres y necesitados, como nos llamaba a los del orfanat. Hay una paciente del doctor que me hace recordar a la gentil propietaria, pero está prohibido establecer lazos con los pacientes y entons no le puedo preguntar si era ella que embalsamó el oso, si aún lo tiene, si sigue tomando licor. Seria mejor mantener la cámara frigorìfica en funcionamiento que cambiar los pisos actuales por pisos dameros; para evitar andar embalsamando. Porque a la tierra los quìmicos de la procedura la arruinan, podrìan morir miles de gusanos y plantas ya muertas, hojarascas . No creo que se pongan personas como osos de decoración. Bien si, ahora que lo pienso, algunas estatuas , ceras o maderas pintadas, podrían no serlo.Ser otra cosa. Y también, por ejemplo, a veces un familiar de la austriaca esta sentado en la sala y est decoración.

23 ago 2010

Subo, bajo, sueno. No duerno y sueño. Vivo fuera de mi, cabeza y cuerpo, ya casi no advierto la diferencia. Encontré la llave de la farmacia. Hace un mes que soy un fantasma en el hospital. Esa tonta de enfermera coquetea con el chofer del camión de las ratas y me mueven dentro a la caja pensando que hay plata. ¡No, no hay plata! ¡Soy alérgica a la plata! Hay oro, perlas, diamantes y otras piedras preciosas de las profundidades de la tierra. Demasiado preciosas para ser ofrendas a hombres que no distinguen la seda del la seda falsa. ¿Qué dije? Ah, si, soy alérgica a la plata. La farmacia está en la planta baja. Se lo que es perderse mutuamente. No se de venganzas. La justicia la promuevo pero no es aplicable en mis condiciones . El desperdicio de comida en mis fiestas, cuantos desperdicios. Tampoco estaba en condiciones hacer ordenar la cocina. La servidumbre siempre sabía que hacer con los desperdicios de comida. Pobres nunca faltan. Finalmente mis desperdicios son el beneficio de algún otro. Vivo sin un órgano hace tanto. No, la cabeza es lo de menos, existen las lámparas que coleccioné durante años. Premonitoriamene perfecta, sabía que un día las usaría. Alguien se ocupará tal vez, se ocupará de mi por eso. Mis hijas se ocuparán. Dije será justicia, pero no se de venganzas
La paciente se encerró en la caja. La selló por dentro. Sin dudas teme a un mundo al cual ya no pertenece. Es persona mayor la señora, está vencida, con fecha de vencimiento, pero no está muerta (aún). Está partida, rota. No voy a abrir la caja. No hoy. No cometeré ese error. Ese abuso de paréntesis en los diferentes informes que me llegan del doctor... Claro estudió medicina no letras. Porque entre paréntesis se emparentisa lo que podría ser omitido y puede ahorrarse ser dicho; para que nombrar de más? Claro yo hago error/s. Pero los científicos, los intelectuales, deberían saberlo y no hacerlos. Pero no lo saben. Juro, juro, juro, no escribir más lo que pienso y remitirme a relatar los hechos.

20 ago 2010

Cuando las cosas se anuncian y no son, se trata de un error. No hay ningún peligro en la terraza. Está nevada, las cornisas están y el palomar está. De los incineradors sale el humo de todo lo que se consume y se quema en el hospital, pero no logro abrir la caja. Debería sacar la cabeza y controlar que esté en condiciones asi como revisar eso del sonar de metal. Pero la caja no se abre, o yo no se como abrirla. No tiene cerradura, debería simplemente levantarse la tapa, pero está pegada, sellada. Parece una caja de una sola pieza, pero si tiene una tapa y cosas adentro no puede estar sellada por dentro (ni por fuera, se verían restos de lacra o de cola). Es solo una falsa caja de regalos de devolución y su función es abrirse y cerrarse. Mi deber ahora es abrirla y entonces debería bajar a buscar unas tijeras porque no me parece adecuado abrirla a golpes ni hacerle palanca a la tapa con un esquirla de hielo.

18 ago 2010

Llega el ascensor, la puerta se abre y aparece el entregador de roedors. "Enfermera", dice y no sale. Entonces yo entro. "¿Subía?". "No, bajaba". "Pero está volviendo a subir". "Tengo tiempo". Del porque vuelve a subir, no le pregunto. Tampoco que hora es le pregunto y trato de no hacer comentarios. "Que linda caja", dice él. "Si". "¿Un regalo?". " Una cabeza, de una paciente". "Que interesante". "Voy a la terraza, porque no almuerzo, porque se me fue el apetito y para ahorrar tiempo", le explico de más "¿Ahorra tiempo?". "Trato", le contesto mal porque claro el tiempo no se puede acumular. "Lo uso como se puede o como se debe, como sea mejor". "Que interesante", dice mirando la cinta del moño del delantal que se parece desajustar. Dándome la vuelta como quien quiere ver mi uniforme por atrás. Como si yo tuviera 2 lados, como una moneda cara o seca. Pero no soy tonta, no tengo solo un lado al derecho y otro al revès. Y por más que me gire como un trompo para ver la cinta aflojar, no. Se como funcionan los trompos, se del eje, de la gravedad, se de los juegos de azar (que se sostienen en la ciencia pero no se lo voy a explicar ahora dentro al ascensor, claro) "Me sostiene por favor", le doy la caja y me ajusto el moño (ni el cabello ni el bonete los ajusto porque están en orden y sería de más). El entregador de roedors sacude la caja y se escucha a metal. "No me dijo que la cabeza era de plata". "Le dije que llevo la cabeza de una paciente a la terraza". "¿Quisiera salir a pasear señorita enfermera, a mirar vidrieras, relojerías?" "No. Si. Quisiera mi tiempo. Quisiera un reloj de mi tiempo en el centro del pecho que irradie de mi, quisiera darlo y saberlo para no tener que estar adivinando" Y hubiera sido mejor hablar de trompos que decirle todo esto. Agarro la caja de sus brazos que vuelve a sonar a metal, abro la puerta del ascensor y salgo sin girar. "El domingo a las 2 de la tarde", dice y desaparece detrás de la puerta que cierra cuando ya estoy en la escalera que lleva a la terraza y delante un cartel con sello anuncia: peligro. ¿Peligro de que ?

12 ago 2010

Llega una paciente del reparto primeros auxilios para una consulta con mi doctor. Presenta traumatismos en el rostro y visible estado de alteración por lo cual le será aplicada la procedura. La paciente por casualidad tiene las uñas en extremo largas y barnizadas, como la recepcionista de la recepción. "Tratamiento", dice el doctor. Obedezco con menos watts de los que requiere la procedura, por piedad mia, por suerte suya. Cuando termino no tengo apetito: mejor, me ahorro el dinero del comedor. Vuelvo a la habitación de las sàbanas, agarro la caja. Está envuelta en tela marrón. No es marrón de marrón cartón. No parece una caja de devolución. Parece una caja de regalos listos para ser ofrecidos, no devueltos. Regalados, dedicados, recibidos, festejados. La caja no tiene el aspecto de las furias ni de las traicións de quienes devuelven lo que nunca se dió . (Pero como nunca recibí regalos, ergo nunca tuve devoluciones, mis conclusiones no son validas ni cientìficas). Cubro la caja con mi delantal, hoy tengo el moño bien ajustado a la cintura, atravieso el corredor, llego al ascensor, pulso.

10 ago 2010

Con el sin dientes amarrado a mi mano y la caja de regalos bajo el brazo, atravieso el corredor haciéndome la transparente. Mis palabras "un doctor, un doctor" hacen eco tras de mi desde la recepción donde no fui bièn recibida. Dejo al infante en su pabellón y sin lágrimas en los ojos le digo: "Niño, usted nunca salió del hospital ni vino a mi hogar". Y el infante sin lágrimas en los ojos el tampoco ( o el también) se cruza el índice sobre la boca imitando mi gesto. "Niño", le digo "No tome todo le que le den y no coma si no tiene hambre". Y sin girarme, nunca girarme ni volver atrás, voy hasta la habitación de las sàbanas y busco entre los estantes a la paciente. "Señora Jacqueline", llamo. "Señora", la llamo. Pero los estantes están y nada se mueve. "Señora, tengo su cabeza, tengo la caja con usted y los regalos", le digo. "Venga a la terraza cuando termine mi turno, la llevo a su casa", le digo. "Tengo dinero" le digo. "Hoy como, en el comedor, el plato del día por suerte", le agrego. Digo tantas cosas que la paciente no escucha porque no está. Yo estoy hablando sola entre los estantes. Los estantes estan perfectamente ordenados para mi tranquilidad pero esto no se conjuga con mi deber de enfermera profesional A.

9 ago 2010

¿Era yo el regalo, o me devolvieron los regalos? ¿O la caja estaba ahí por esa suerte que me sigue ultimamente? ¿Estoy leyendo en la mente de la enfermera? Con la gracia de quien atraviesa puertas giratorias, pensaba la enfermera. Detesto leer en la mente de los otros. Quiero mi cabeza.

4 ago 2010

"Vengo a buscar mis regalos que están en la caja", le digo a la recepcionista. "¿Que caja?", pregunta la recepcionista . "La caja marrón o violeta, la caja de los regalos", le digo. "Felicidades", me dice sonriente. "¿Porquè?", le pregunto. "Por su cumpleaños", dice. "Desconozco la fecha de mi cumpleaños", le digo. "Pero le hacen regalos", dice. "No son mios", le digo. Pero no me escucha y se pone a buscar la caja de regalos en un baúl con escrito: objetos perdidos. "Tendrá entonces pretendientes que le hacen regalos", dice mientras busca. "Puede que hayan pretendido", digo, "Todos pretenden", continúo. "¿Usted fuma?", le pregunto. "Si claro", dice poniendo sobre la mesa una caja marrón y justo me acuerdo que ayer soñé con el reloj del entregador de roedors (que estaba en mi mesa de luz y marcaba mi tiempo), me desperté cuando el infante se quejó por la falta de almohada y entons le di mi almohada ( de plumas de ganso que traje del orfanat) y quise volver a soñar, su tiempo en mi, pero siendo ya las 5:45 fui al baño y después puse el agua para el te. "Deme la caja de regalos por favor, llevo apuro", le digo a la recepcionista. "Seguramente también algo usted pretendía", me dice con una sonrisa que despista mientras lee la escrita en la caja: te devuelvo tus regalos. "Los regalos no son mios", le vuelvo a aclarar . "Entonces no se la puedo entregar", dice deponiendo la caja en el baúl de los objetos perdidos que cierra con la gracia de una puerta giratoria. ¡Pero no! pienso a gritos. ¡No! dice todo dentro de mi hasta que por suerte le pregunto:"¿Entons usted fuma?". "Si", responde mirándose las uñas. "Si", repite como quien pasa puertas giratorias con gracia pero está en la recepción sin otra cosa que hacer que mirarse las 10 uñas barnizadas. "Conozco al dueño de una tabaquería", le digo. "Ah, que suerte", contesta como si pensara a otra cosa. "Es el dueño", le repito. "¿ El que no le hace regalos?", me pregunta. "No es pertinente ningún regalo, no es mi dueño", le contesto y cada vez grito más por dentro. "Le doy tabacos y azucars a cambio de la caja de regalos ", digo . "¿De verdad quiere esa caja, verdad?", me dice sin dejar de remarcar-se las uñas y diciendo 2 veces verdad como para que no queden dudas cuando dudas son lo único que hay. "¿Que hay tan importante que recuperar enfermera A?", me dice doblando la solapa de mi sobretodo para que se vea mejor la A . "Pardón", le digo, y de mi mano sale un grito, y la recepcionista cae por el impacto de su cara contra mi mano cerrada, y yo digo: "Un doctor". "Un doctor urgente", digo. "La recepcionista está desmayada"

20 jul 2010

Bajo, salgo, cruzo. Tengo dinero, puedo comprar para comer y para más. Que más se verá porque no voy más allá de la básica necesidad. "Queso, te, naranjas y manzanas, por favor. No, cebollas no gracias". Salgo, giro, entro en la tabaquería. "¿Tiene azucar en terrons decorados?". "Buenas noches señorita", dice el dueño de la tabaquería. "¿Tiene azucar en terrons decorados en forma de rosa o de dado?", pregunto. "No, tenemos en sobres", dice. "Ah", digo. "¿ No tiene en forma de dado como los dados de cubilete, de juego, de generala servida, no tiene?" "No, no tengo", dice. "Hace frío", agrega. "Estamos en invierno", digo. " No por mucho", dice. "Por suerte", digo. "¿ Le gusta jugar?". "No". "¿No le gustan los juegos de azar?", vuelve a preguntar. "No creo, no se, no son preguntas para hacerle a las gentes: los gustos, los juegos, el azar". "¿Fuma?", me pregunta. "No", le contesto. "Pero una hermana del orfanat masticaba tabaco. Se murió por suerte". "¡Por suerte!", me hace eco el dueño de la tabaquería confundiendo mis palabras más. "Se murió porque era su hora", digo. "Si la hora llega a tiempo es una suerte", agrego". "Ah", dice ."Si llega tarde no es por azar: el tiempo no es un juego y llega cuando tiene que llegar: el tiempo es exacto y confuso au même temps" , digo. "¿Me entiende?", digo, porque parece mirar y no entender mi hablar. "¿ Está segura que no quiere fumar?". "No, gracias. No es cuestión de seguridad. Tengo que volver a mi hogar, no tengo tiempo y no se fumar"

13 jul 2010

La paciente escribió en la nota que su cabeza está en recepción (¿cual?), dentro de una caja violeta o marrón con una etiqueta que dice "te devuelvo tus regalos" y de retirarla mañana. Al roedor le dije cuando me fui: "Es una azucarera, cuidado con la tapa", pero no comprendió y cayó en la tapa trampa, era mejor si moría en el laboratorio, por la ciencia al menos. El sin dientes requiere alimentación especifica por su condición de enfermo y de infante. Tengo que solucionar todo y todo se va solucionando si uno no es exigente de más en las resoluciones y tiene los recursos. Yo hoy los tengo. Tengo la dirección de la paciente en su historia clínica, que por suerte traje a mi hogar por error, y tengo el dinero de la billetera que encontré en un de los corredors. "¿Sabe matemáticas, niño?". "Si", dice. "Cuente el dinero y luego lávese las manos", le digo. Y le doy la billetera y salgo a buscar agua. Me doy la vuelta sobre la puerta y lo miro cruzándome el índice sobre la boca. El infante entiende que eso significa silencio y que ese es mi gesto. Vuelvo con el agua que pongo a calentar y le doy mi jabón blanco al niño. "¿Cuanto hay?", le pregunto. "Vènititres", contesta. " ¿Veinte más tres?", le pregunto. "Si", contesta levantando las cejas, bailándolas. "Bajo a buscar alimentación", le digo. " Y a dejar en los residuos al roedor", que no puedo tirar por la ventana porque con la suerte que tengo podría caèr sobre la cabeza a un pasante que por error me conoce y este seria el quinto error de hoy.

11 jul 2010

Tengo que analizar porque pienso en la silla rota del entregador de roedors cuando mi deber es, y mi intención era, cumplir con mi promesa ( la ciencia no promete y ese fue mi tercer error del dia) de sacar a la paciente sana y salva ( como dicen aca pero que en realidad no quiere decir lo que significa) y llevarla a su hogar para luego recuperarle la cabeza y unirla; unir las cosas. Pero desde el preciso momento , que no se cual fué, pero sin duda fue un momento preciso, todo se separó, como imanes por ejemplo. Porque los imanes se atraen y se unen tanto como se niegan y no hay forma de unirlos hasta darlos vuelta. Y aunque no se vea la fuerza que le impide la unión, la fuerza està.¿ Y quien grita tras de mi? ¿ Será que algún tram se descarriló y debajo del sobretodo se ve mi uniforme de enfermera A y entons me llaman a socorrer a los heridos del accidente de tram? No, porque la voz que me nombra es la del infante, el sin dientes. "¿Que hace usted aca niño, sin medias, tras de mi, y fuera del hospital?" Y sin dejarlo contestar lo agarro del suelo, entre mis brazos, o el infante se trepa a mi (no se, tal vez las dos cosas suceden en el mismo instante). Pero lo agarro solo para evitar el contacto de sus pies con la nieve porque los niños no me agradan (es la primera vez que tengo uno en brazos, no es pesado, este en particular, porque estando enfermo, claro, es en extremo delgado a parte del peso de los dientes que deberia tambièn restársele). "La señora sin cabeza dejo esta nota para usted", y el sin dientes me da una nota, y la miro y está escrita con extrema confusión como todo lo que se dice y se escribe , sobretodo cuando no ven, claro. No exijo: pero la paciente podría haberme esperado en el estante ya que la había dejado bien acomodada. ¿Para que huir si no sabe donde ir? Yo no huyo porque no se donde, caso contrario huiría, a veces, pero no se de que tampoco. Tampoco se eso y sobretodo no me quejo porque veo el limite de mi. Y si no lo veo peor para mi. Entons digo otra vez "pardon" a la persona que 3 segundos atrás confundí con la paciente y guíe por error fuera de si, alejándola de su muro frió de cemento por donde le gusta, o necesita, arrastrarse y justo pasa el tram, el 9, que es el que va hacia mi hogar, y con el sin dientes en brazos corro hasta alcanzarlo. Y subo y le digo al conductor "Un momento" y siento al infante y lo visto con lo que me saco de mi. Y para cuando termino de vestirlo por suerte es el momento de bajar y sin que nadie lo note ( yo si lo noto) viajamos, bajamos y no pagamos . Y entro a mi hogar con el niño envuelto en sobretodo. Y por suerte no hay nadie en el recibidor ni en el salón porque no sabría como esconderlo y porque por supuesto están absolutamente prohibidas las visitas. Subo por la alfombra bordeaux hasta mi hogar con el sin dientes en brazos, entro y veo la azucarera con el roedor dentro y la tapa cerrada, dejo al sin dientes sobre la cama y abro la tapa de la azucarera trampa.

7 jul 2010

Su hogar de él, la silla que se rompió y la alfombra. La azucarera con tapa. Mi hogar de la austriaca y sus familias, y sus hornos encendidos a todas las horas con comidas para ellos, para su hijo que lo vi querer enredarse en mi. Salgo de la habitación de las sábanas vacía, sin ella en el estante pero los estantes con las sábanas claro. Corro sin que se note por el corredor y estoy afuera. Nieva, claro, siempre nieva hasta que llega la primavera. La veo, está en la esquina y camina pegada al muro como los perros. ¿Pero porque esa necesidad de andar ciega o sin cabeza o por las cornisas? ¿ Tendrà realmente un hogar, de ella, con su vida dentro rota? "Señora, señora espere", grito sin que se note y por eso no me escucha. "Señora, téngase de mi brazo, no ande arrastrando los hombros contra los muros, están sucios. No se una al cemento frió, no es necesario, yo la guío" Y la señora se da vuelta pero non es mi paciente, la paciente del doctor, la Jacqueline. "Pardon", digo, "Me equivoque de persona", le digo a esta persona que no es la busco pero es la que tengo agarrada del brazo. Entons suelto porque no se agarran a desconocidos por la calle, no se los obliga a dejar los muros si no quieren o si no son pacientes. ( En realidad no se deberian hacer obligaciones a ninguna persona sin que esto implique faltar a las propias responsabilidad). Es una confusion de persona la mia, es un error, mio, claro: la persona camina si quiere contra el muro, la persona simula no tener cabeza si quiere. "Enfermera", escucho, "Enfermera" dice una voz desde atrás. "Espere, espereme"

3 jul 2010

Terminè. Voy a la habitación de las sabanas. "Señora, soy yo, la enfermera del doctor, la llevo a su casa". Silencio ( claro no habla). "¿Señora?" (¿En que estante había dejado a la paciente?). "Señora soy yo, no tema, vamos, la llevo, encontré en un una billetera dinero para los pasajes del tram, no debemos caminar". ¿Pero dònde está?. Busco entre las camisas, los paños, las sábanas, claro. La señora no está. Jacqueline desapareció de la habitaciòn de las sábanas. Tengo que buscarla, le prometì, le prometì llevarla a su hogar, a ella. Se habrá contagiado de la de la cara cortada, impaciente, y se habrá retirado, huìdo. Si, eso, estará ya en la calle, ciega buscando el camino de regreso al su hogar. Corro, Corro hacia a ella, para acompañarla , y para conocer su hogar, porque no conozco otros aparte del mio ( que es de la austriaca), y el del entregador de roedors que es un hogar. El entregador de roedors, el, su hogar.

29 jun 2010

Por suerte que yo pienso lo necesario y no más. Porque jamás hubiera pensado que una paciente a quien daba turnos, hacia pasar y aplicaba proceduras - todas las proceduras aplicables, por orden del doctor o por error- me espera ahora en un estante. Los estantes no están hechos para las pacientes pero ella no es mas paciente porque en 2 horas termino mi turno y la llevo a su casa. Espero no este lejos su hogar porque no tengo dinero para el tram, y no es que sin cabeza cobran mitad del viaje o mitad pasajero como al pasajero infante, o no como cuando me llevè los roedors en los bolsillos que no pagaron el pasaje del tram. Las cosas que llevo del hospital son por necesidad, porque las cosas piden ser llevadas. Aunque lo se, claro, las cosas no hablan. Pero nada de lo por mi ejecutado es realizado sin experimentaciòn previa, sin el respaldo de la ciencia. Los errors son consecuencia pero no los tomo a personal, como errors personals, más como un paso hacia adelante de mi y de la ciencia, de las cosas y de los mismos errors que evolucionan. Las pacientes que son 3 que todavía esperan piensan de màs por eso vienen al hospital a anularse o a buscarse, depende de los casos. Yo ahora pienso que quiero hacer el curso de enfermera profesional B porque el título de enfermera profesional A no me permite ser titular en otros repartos. A mi doctor le llevo respeto y es mutuo, màs alla de lo que ocurrió en la habitación de las sábanas. Pero con otros doctors yo podría evolucionarme en otras áreas pienso. No se cuales areas y no es el momento de evaluar porque ciertas cosas mejor pensarlas temprano por la mañana, o justo antes de dormir, o dejar que vengan por sorpresa mientras se camina, por ejemplo. Ahora hay una señora con la cara cortada que mira fijo fijo la pata de mi silla y es porque es impaciente y porque sabe que es suyo el próximo turno.

28 jun 2010

Hay cuerpos, con problemas. Las gentes tienen problemas en ellas. Yo también soy gente, claro, pero no me veo, prefiero no mirarme. ¿Para qué? ¿A propósito? Yo no tengo propósitos (para mirarme) ni quiero ver. La visión personal no es científica, no hay pruebas, la visión personal es solo confusión. Yo me vi y cuando me vi me fui, y ahora estoy acá, miro a los otros y los otros me miran. Es de mala educación mirarse a si mismo (aunque en Grecia, la antigua Grecia, para las tragedias se miraban y se debían conocer a si mismos, pero se sabe siempre terminaban mal). Entons yo no me miro y pregunto " ¿ De quien est el próximo turno?"

27 jun 2010

No firmé. No me molesta. El inspector puso un sello que anuló mi suspenciòn. Ahora falta el dinero, no me molesta. Yo no veo lo que no hay que ver aunque no tenga dinero para comer. Cada uno sabe, y si no sabe mejor no decirlo. Mejor que no firmè porque los errors a las gentes le molestan y mi firma es un error. Mi firma es un error, lo se, no me molesta, le molesta a las gentes, las otras (o los otros) de los cuales yo siempre me preocupo porque soy enfermera. "Mi molestia es la suya" nadie dice porque no es educado, porque es como decir "usted me molesta", a lo que yo responderia "No se moleste por mi". No me molesta no comer hoy también. Lo que me disturba es que ofrecen el postre en el menú y el postre suele pagarse aparte. Pero justo hoy lo incluyen, y al no tener aun dinero esta ofrenda del comerdor se vuelve un desperdicio para mi ( que nunca desperdicio). Entons hoy desperdicio por primera vez. Desperdicio una oportunidad por primera vez en toda mi vida ( a menos que venga desperdiciando de antes y no lo haya notado). Lo que si notè es que las gentes me preguntan si soy sorda o se molestan cuando hablo o digo lo que debe ser dicho y no lo entienden. Entons digo "pardon", o "pardon vuelvo luego", o "pardon nunca veo lo que no hay que ver, pero como hago para pasar por tesoreria", o "pardon por la lingua vostra". Pero no entienden. No me molesta, soy enfermera no me ocupo de comunicacións, no trabajo en la compania de telèfonos y los acentos deberian ser siempre tácitos creo.

17 jun 2010

14 jun 2010

El sin dientes me sigue. Yo levanto a la paciente para llevarla (¿adonde tengo que llevarla?) pero el sin dientes me sigue, y ademàs me mira. Atravesamos el dormitorio del reparto infantil la Jacqueline sin cabeza, el sin dientes y yo. Salimos al corredor y justo pasa el inspector. "El paciente niño no es mio", le digo. "La cabeza de la paciente adulta la tiene la enfermera del 2", le digo. "El resto, lo que queda de la paciente, lo llevo al laboratorio por orden del doctor", miento, porque claro no puedo decir que no se donde vamos el sin dientes, la sin cabeza y yo porque no hay proceduras para paseos personalizados con pacientes por los corredors, que por suerte hoy estan derechos. "Cuando termine los traslados venga a mi despacho", dice el inspector. " Si señor inspector, inmediatamente despuès de terminar los traslados me presento en su despacho para firmar", le digo mirandolo fijo a su oreja derecha como si lo mirara a los ojos pero le enfoco la oreja porque no me gusta el contacto directo visual con el inspector. El inspector no agrega màs palabras, se da vuelta y se va. "Hoy como" le digo a la paciente. "Porque hoy firmo mi reincorporaciòn laboral y me pagan, porque ya estoy trabajando", le aclaro. "Hoy como" vuelvo a decir y veo al sin dientes que me mira y le digo " ¿Usted, niño come sopas , verdad? "Ahora si", me contesta. "Porque no tengo dientes", agrega. "¿Pero porque la señora no tiene cabeza?", pregunta. " ¿Despuès de los dientes sacan la cabeza?", pregunta. "Yo no trabajo con niños tengan o no dientes", le contesto. "Las cabezas van siempre sobre las espaldas, sobre los hombros, aca", le muestro. "Esta paciente est un error", le aclaro para impedir confusion en el infante. " Vayase niño, vaya a su dormitorio, tengo que trabajar", le digo. Y el sin dientes me mira con los ojos brillantes y corre a su dormitorio obediente como un roedor. "Señora", le digo a la paciente. "¿Quiere quedarse para la estracciòn del quiste o quiere que la lleve a su casa?" Y la paciente me apreta la mano cuando digo casa. "¿A su casa?" Y me vuelve a apretar la mano. Y entons la llevo a la habitaciòn de las sabanas y le digo "Espere aca, cuando termina mi turno la llevo a su casa. Si entran doctors mejor que no la vean", le digo . "Venga, la acuesto en un estante asi no se nota". Y dejo a la paciente sobre un estante, la cubro con paños y voy derecho al despacho del inspector.

10 jun 2010

No la encuentro para unir pero quedan muchos lugares por buscar. Lo que encuentro de la paciente lo encuentro en el piso 1 reparto de pediatrìa, durmiendo en el piso junto a una cama. Yo no suelo venir al primero, al piso primero. Lo olvido, al piso y a los niños, y yo era niña en algun momento antes de ahora, en el orfanat, pero me dije que no iba a recordar. Todos niños en camas y la paciente durmiendo perdida ahi. Entons me saco el bonete para no asustar a los niños porque temo que teman (del bonete o de mi). Pero justo cuando me lo estoy quitando un niño, un varon, uno que va ser hombre, me mira y rie. Y entons no me saco el bonete y lo miro y me rio yo tambièn porque le faltan dientes y no tiene cabellos. Y su reir est el primer reir que veo y realizo en mi que nunca jamas antes habia visto una risa reir, o un niño, o visto mi. Y como nos reimos el niño sin dientes y yo, se rie el que està a su lado y tambièn el de la cama junto a la Jacqueline que duerme en el piso (yo anteayer tambièn dormì casi sobre el piso, sobre alfombra, pero siempre con la cabeza, claro). Entons somos 4 que reimos cuando la paciente despierta, se levanta , y otro niño al ver-la ( a ella , su cuerpo sin cabeza) rie èl tambièn. Y el sin dientes rie màs aùn, y yo tambièn, y toda la habitaciòn con 5 camas a un lado y 4 al otro y un ventanal reimos. Y los vidrios se empañan por el oxigeno, y como magia ( que magia no est) aparecen manos y nombres en el ventanal: huellas de manos y nombres de personas, de hombres varones, dibujados en el vidrio.

5 jun 2010

Yo habia cortado la cabeza por orden del doctor, el mio, hace un mes. Despuès la reinjertaron pero cuando le sacaron las vendas la paciente no logrò sosten, en ella, o sobre sus hombros, y entons los doctors, los 3, cortaron ellos y la cabeza se la llevò la enfermera del 2. La enfermera del 2 se la llevò en diciendo "Ahora es mia". Pero la cabeza de la paciente Jacqueline est de la paciente. Yo no comprendì las palabras de la enfermera del 2, lo que quiso decir en apropiarse de la cabeza que no est lo mismo que me pasò a mi porque yo la habìa perdido, est decir que solo no sabia donde la habia dejado. Entons por la ciencia ahora voy a buscar la cabeza de Jacqueline y la voy a coser yo misma o me la voy a llevar a mi hogar, juntas o separadas o unidas porque es lo mejor, creo.

2 jun 2010

Me levanto me lavo la cara me visto hago la cama. Como 6 terrons de azucar y te. El roedor durmiò en mi arco plantar y ahora duerme en la lata de bonbons, entonces el te se lo dejo en la azucarera con tapa. Salgo de mi hogar y no està ni la austrìaca ni sus familias a las que decir buenos dias señora o buenos dias solo. Entons antes de encaminar-me hacia el hospital cruzo a la tabaqueria de enfrente para saludar el dueño de la tabaqueria porque no me gusta ir a trabajar sin decir antes a alguien buenos dias y por educación, por eso. Pero la tabaqueria està cerrada y entons camino y el viento helado me corta la cara y pienso que esta ahora es mi ciudad, esta ahora donde vivo y trabajo y que es mejor no pensar màs en el orfanat. No, no pensar nunca màs. Y llego al hospital fresca siempre más fresca y la entrada, mi entrada, de mi hospital de maderas y vidrios la atravieso y se que hoy firmo, y que tengo que encontrar una llave para poder acceder al laboratorio, y que las otras enfermeras tambièn son.

1 jun 2010

Son menos de 39 las horas pasadas desde que el hijo de la austrìaca matò a un de los roedors, que yo matè el pájaro del reloj a cucù, que dormì en la alfombra del entregador de roedors, que el doctor me cerrò en la habitación de las sábanas, que recuperè mi lugar laboral pero aun sin firmar, que las proceduras de ciencia procedieron en direcciòn inversa y que no como más que cafès que son lìquidos. Vuelvo a mi hogar: entro y todo est en orden. Claro, con el pájaro muerto no se las horas y si quiero saberlas tengo que llevarlas en mi. Pero no puedo contar los minutos todo el tiempo porque me distraigo o porque prefiero leer a contar los minutos que separan o que unen las cosas ( no lo se tengo que entender si se separan o se unen, las cosas, de mi y entre ellas, tengo que experimentar). Por suerte tengo los anteojos que encontrè en el correo que me permiten de leer sin errors. Leo pero pienso en cosas que no son la lectura y entons me saco los anteojos y agarro la azucarera con tapa y la apoyo en el centro de mi hogar abro la tapa y digo "hey" llamando a un de los roedors, el único que queda vivo. "Hey", le repito cuando viene. "Parece una trampa pero no es", le digo. "Est una azucarera, cuidado con la tapa".

31 may 2010

¿Quod? ¿Quièn dijo la terraza termina en usted, quièn est que habla? "La terraza termina en usted", se escucha otra vez y es la enfermera del 2 la que habla, que aparece parada detràs de mi. "Hoy le sacan las vendas", dice la enfermera del 2. "Tiene que volver a hablar", dice. "La paciente es del doctor", digo. "¿Usted no come?", le pregunto. "Ya comí", me contesta. "¿Había lapin de plato del dia?, le pregunto. "No, habia pollo", me contesta. "Nada de que", agrega. "Ah", digo. Y miramos a la paciente en la cornisa que ciega viene hacia mi voz, hacia mi, y se agarra de mi. Y bajamos hasta el 2 en el ascensor la paciente la enfermera del 2 que no aprecia el pollo y yo. Y los 3 doctors que ya comieron ellos tambièn y que ahora digieren proceden a desvendar la cabeza injertada que por orden ( y error) de mi doctor yo cortè. Y una vez liberada, sin el sostèn de las vendas, la cabeza se le cae. Como mal cocida o como desganada la cabeza a la paciente se le cae. Y un de los doctors le dice "Trate de sostenerla haga un esfuerzo". Y otro de los doctors dice "Es mejor que no haga esfuerzos". Y mi doctor me mira a mi y dice "¿Usted que piensa enfermera?" Y yo no se que decir porque no tuve tiempo de pensar y justo entons la paciente dice en mi lugar "Corten, corten-me la cabeza por favor" Y los doctors, ellos, cortan (tambièn sin pensar o pensando veloz). Y yo no tengo paños ( y habìa tantos en la habitación de las sabanas esta mañana) y entons la enfermera del 2 que si tuvo tiempo extiende los brazos, agarra la cabeza y dice "Ahora es mia".

26 may 2010

Entro, o salgo, a la terraza del hospital. Y al borde de la cornisa está con la cabeza en vendas la paciente Jacqueline. "Señora, soy yo", le digo. "La enfermera del doctor", le aclaro. "No de un paso màs allá de usted hacia adelante porque más allá no hay màs terraza", le digo. "Venga", le digo. "La terraza termina en usted".
Trabajo todo el dia con el corredor torcido y al borde de mi abismo. No me asomo mucho ni a los otros corredors ni a mi abismo porque trabajando mi deber est cuidar-me para luego asistir y nunca se sabe ( yo, hoy no se). Mañana firmo mi reincorporación, en el despacho del inspector. Mañana, firmo por cuarta vez en mi vida, pero todavia est hoy. Todavía falta no ir al comedor y comer el plato del dia. Todavia falta no comer, hoy, y controlar el impuls del hambre en mi. Entons a la hora de almorzar no voy al comedor a mirar ni puedo quedarme en el laboratorio porque al cartel de PROHIBIDA LA ENTRADA le agregaron una cerradura, a la puerta agregaron cerradura. Entons pienso en el campanil y en los 589 escalons y en la puerta que da al sistema que la tienen tambièn con cerradura. Y tomo el ascensor, evitando corredors y voy a la terraza.

25 may 2010

"¿Usted?" "Si, pasaba; est una azucarera, ya le dije al doctor. Y los cabellos los estaba componiendo mientras pasaba, pero no llevo piojos, no tengo", digo. Solo matan pàjaros, pienso. "¿Qué hace enfermera?", dice el inspector. "Sé del error del bonete", digo, "Ya me lo remarcó el doctor", agrego. "Hay problemas con el uso", explico. Y no se bien si el corredor donde est-amos est derecho o no. Y no se bièn si est màs importante el inspector o el doctor (para mi reincorporaciòn, para que el tiempo indeterminado de la suspensiòn termine). "Estaba por llamarla, enfermera, a mi despacho", me dice el inspector. "La necesito en el reparto", lo interrumpe el doctor. "Voy si me devuelven mi lugar laboral", digo. "Si firmo", agrego, interrumpiendo-me a mi al inspector y al doctor, con la azucarera en mano, el cabello despeinado, la música del entregador de roedors en mi, y el corredor que definitivamente se tuerce.

16 may 2010

"¿Qué tiene en la mano enfermera?, pregunta el doctor mientras me agarra de un brazo y me hace caminar por el corredor. " Una azucarera, doctor", le contesto. "¿Estuvo enferma?, me pregunta. " No, estoy suspendida por tiempo indeterminado", le contesto. "Pero ya paso mi tiempo y necesito el trabajo", le digo tambièn. "Yo no enfermo, o no me enfermo", agrego. "Si usted tiene queja de mi servicio, doctor, yo creo en la ciencia, en usted. Yo creo en las pacientes, y si usted quiere puedo hacer-le los experimentos, soy fuerte, resisto, aun sin medias, el frio, todo, doctor yo lo resisto. Si hubo error, el error est el padre de la ciencia, aunque yo no sea padre y sean mios los errors", le digo al doctor. Hasta que del brazo me entra en una puerta del corredor, la cierra, me pone contra la puerta cerrada del lado interno y me dice "El bonete es para la cabeza" y me agarra la cabeza y me besa con violentia. Pero yo no opongo resistencia porque no se a que resistir o para que resistir. Entons me quedo en inmobilidad para no perder mi lugar de trabajo laborar y no siento su violentia porque me voy a mi abismo donde el no está y yo estoy sola, al borde de mi abismo, sin violentia, y se que no caigo y al doctor no lo siento. Y entons me sigue besando y yo con los ojos bien abiertos miro todo a mi alrededor. Miro los estants y hago dentro de mi un inventario de lo que hay y como lo hay ( hay sabanas y camisas de procedura y paños) hasta que el doctor me dice " Disculpe, enfermera, disculpe, fuè una noche dificil. Disculpe, siento mucho haberla inportunado". " No se preocupe", le contesto."La tensión general o genera la confusiòn impulsiv", le digo. "¿Puedo quedarme, a trabajar?", le pregunto. "Si, si, claro enfermera, la necesito, venga". Y salimos de la entrada de las sabanas y estamos otra vez en el corredor, que por suerte est derecho.