16 mar 2010
Me violaron en cinco. Con lámpara y todo. No siento nada. Camino. No me duele nada. La fiesta si, rompieron la lámpara. ¿Dónde hay que ir ? Necesito un espejo, no me acuerdo, quiero verme. Las masas, tengo que comerlas. Estaba enojada. Una vidriera, otra vidriera, un vestido. Tengo tanta ropa. Sandalias. Acá hay un espejo. No me veo. Mejor no camino. Bailé. La escalera. No me veo. Salí por la puerta de atrás. La cabeza está en el hospital por suerte. El cuerpo, que raro que no se nota nada, se ve solo sucio, como si hubiese caído en un charco. Saltando los charcos, una película que vi de niña. Que suerte que la cabeza esta en el hospital. El cuerpo bailaba bien. Parecía una mujer africana llevando una cántaro de agua o una palangana con ropa. Demasiado sinuosa. Por eso. Es que no me expliqué bien. Pero no podía bailar de otra manera. No me duele nada. No soy la que era. Que sueño. Que linda vidriera.
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