13 abr 2010

- Jacqueline. Señora Jacqueline, despierte. (¿ Es la voz de la enfermera que me cortó la cabeza?) - Señora, la saco, no se asuste soy yo, la enfermera del doctor. (Es la que me lleva a patinar en cama.) - Señora soy yo, no está soñando, soy la enfermera. Voy a pararla. Se puede parar? Le traje ropas. La visto. Me escucha? La visto, la paro y nos vamos al campanario. Es domingo, vamos a subir. ( Es la que me puso las medias, si, es ella, le reconozco el acento.) - Jacqueline, le traje todas mis medias que tenia, no son eficaz como los roedors, pero son de lana buena, son las del orfanat. "Quèdense aca y no salgan" le dije a los roedors antes de venir y les dejè agua con azúcar en la lata de bonbons porque aunque con frio se desidratan. Jacqueline, le puse un sombrero de ala ancha para disimular un poco las vendas. Por favor trate de no chocar contra las cosas. Ala ancha, entiende? Ah, estoy sin mi uniforme profesional de enfermera A, no me llame enfermera. Bueno, igual no puede hablar menos mal. (Sueño que no puedo hablar, menos mal, y con un sombrero de ala ancha, voy a subir y no chocar. Sueño que salgo en sombrero a algún lado ¿ pero no tenía una lámpara en la cabeza?.) - Muy bièn Jacqueline, muy bièn, estamos casi afuera, nadie se dió cuenta. Tiene suerte, hoy no nieva .

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