25 may 2010

"¿Usted?" "Si, pasaba; est una azucarera, ya le dije al doctor. Y los cabellos los estaba componiendo mientras pasaba, pero no llevo piojos, no tengo", digo. Solo matan pàjaros, pienso. "¿Qué hace enfermera?", dice el inspector. "Sé del error del bonete", digo, "Ya me lo remarcó el doctor", agrego. "Hay problemas con el uso", explico. Y no se bien si el corredor donde est-amos est derecho o no. Y no se bièn si est màs importante el inspector o el doctor (para mi reincorporaciòn, para que el tiempo indeterminado de la suspensiòn termine). "Estaba por llamarla, enfermera, a mi despacho", me dice el inspector. "La necesito en el reparto", lo interrumpe el doctor. "Voy si me devuelven mi lugar laboral", digo. "Si firmo", agrego, interrumpiendo-me a mi al inspector y al doctor, con la azucarera en mano, el cabello despeinado, la música del entregador de roedors en mi, y el corredor que definitivamente se tuerce.

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