4 abr 2010

Me han suspendido de mis obligacions en el hospital. Por tiempo indeterminado o por tiempo atemporal. Estan procediendo a investigacions por los roedors, o tal vez tambien por los libros, las laminas, una jeringa, las medias, la camiseta o tal vez tambien por el uso de la estufa . Yo siempre vengo pulcra a trabajar, siempre el moño discreto en el delantal, siempre y sin piojos los cabellos, siempre sin perfume artificials. "La llamamos" digieron, pero si no tengo telefono. El uniforme me lo quedo porque me lo obligaron a comprar. " ¿La verdad, que verdad?" decìa un personaje de una pieçe de teatro que nos leìa una hermana en el orfanat. "¿ La verdad, que verdad?", decia el personaje llorando o la que lloraba era la hermana del orfanat. Igual que las piedas y las rocas, a las que no llevo rencor, me lleno los bolsillos de lo primero que encuentro y atravieso los corredors del hospital hasta llegar a la puerta de ingreso y egreso de mi lugar laboral . Y sin dar la vuelta , jamas girar-me y dar la vuelta ni volver hacia atràs, camino con el sobretodo abierto, y bien en vista mi uniforme de enfermera A, hasta llegar a la parada, y esperar a subir al tram.

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