2 may 2010

Entramos a un café porque me invitò a tomar café, pero yo hubiera caminado bajo la tempestad de la nieve hasta fuera de la ciudad. O hubiera subido los 589 escalons de la catedral. Hubiera derribado la puerta del campanil. Hubiera vuelto a mi hogar para salvar al otro roedor. Hubiera vuelto al hospital a reclamar mi lugar laboral , pero entramos a un café. Tomo cafés con tant de azucar, blanca, directamente de azucarera, no en terrons. Azucarera con tapa. Tomo 3 cafés con azucar y como tarte de limons. Es la primera vez que alguien va a pagar-me mi alimentaciòn. Mi uniforme de enfermera desentona con el café pero el sobretodo està mojado y no lo puedo volver a poner. Están todos los sobretodos en fila colgados que gotean. El cabello ya no gotea porque lo escurrì. Le devuelvo al entregador de roedors el recibo que por suerte se mojó y la tinta destiño y no se puede leer mi nombre en mi firma. " Ah, lo encontró ", me dice. " Se habia traspapelado en el laboratorio", le explico. " A veces las cosas se pierden", dice. " Me gusta la nieve por que se derrite", le digo. "¿La echaron del hospital?", pregunta. " Solo suspendida indeterminada", le digo. "¿Alquila una pieza?", me pregunta. " Si. Una habitación, es mi hogar, la pago, no es el orfanat". "Ah", dice. "Si", contesto, no haga mas preguntas, pienso. "¿Me dice que hora es?", entons le pregunto yo a él. Y se levanta la manga del pullover azul, y le veo la muñeca con su hueso otra vez y le veo el reloj. " ¿ Le gusta mi reloj?" dice. "Ya le dije que si", contesto. "La azucarera con tapa es especial, pero no me puedo llevar terrons de azucar a mi hogar", le digo seguido, mal, de màs. "Usted es extranjera, verdad señorita?" "No, soy de aca, ya se lo dije, crecì en el orfanat". "¿Y me dijo que se llama?". "No, señor, no dije nada".

No hay comentarios: