10 may 2011

Toc-toc, tocan a la puerta. "Soy yo", dice el hijo de la austríaca. "Que quiere estoy durmiendo", le digo. "Nada señorita, diculpe". "Está seguro". "No, pero usted mejoró notablemente su acento", dice. " ¿Y como sabe de mi voz si dormida no hablo?". " Me refiero a las palabras actuales", dice. Ah, pienso sin responder porque es el tipo de conversación sin final ni fin. No quiero despertarme mañana y caminar sin nieve. La nieve est mi seguridad porque no es el piso, es antes. Un antes de mi y de los otros si necesitan los demás también una anterioridad a ellos - al menos cuando caminan.

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