9 may 2010

La entrada propia del entregador de roedors est un hogar. Como el mio pero suyo y me quedè dormida. Me adormentè con su música sobre su alfombra. Sin caer estoy durmiendo en su alfombra. Se que no cai porque me sente sola cuando la silla de sus dos sillas de rompiò, una de ellas, y él me ofrecio sentar en su cama y yo dije "no gracias prefiero la alfombra". Pero el momento de adormentar-me no recuerdo. Y no comprendo como con tants de cafés y sus correspectivas cafeinas me quedè dormida, vestida otra vez como hace 4 dias por primera vez es mi vida. Entons ya est la segunda vez. Porque para saber las cosas tienen que suceder variadas veces, para registrarlas, como los roedors en el laberinto hasta que encuentran la salida que lo intentan variadas veces, antes de encontrar. Hoy no hay salida, ademas y sobretodo yo no busco una salida, porque dormida en hogar ajeno con un reloj en mi no hay donde ir. Entons si me despierto me hago la dormida y sigo aqui en la alfombra quieta inmovil.

1 comentario:

Lalegre y la muerta de pena dijo...

Me hace acordar a una tía que ya murió. Alguna vez escribí algo sobre ella:
"..esa tía Leoncia que desde la muerte de su marido, mi tío Octavio, no quiso salir de Combray primero, de su casa luego y más tarde de su cuarto y de su cama, que no bajaba nunca y se estaba siempre echada, en un estado incierto de pena, debilidad física, enfermedad, manía y devoción..... Mi tía no habitaba en realidad más que dos habitaciones contiguas y por la tarde se estaba en una de ellas mientras se ventilaba la otra.
... oía a mi tía hablar ella sola a media voz. Nunca hablaba más que bajito, porque se figuraba que tenía algo roto y flotante dentro de la cabeza y que hablando fuerte podría moverse, pero nunca se pasaba mucho rato, aunque estuviera sola, sin decir algo, porque creía que eso era sano para la garganta y que, impidiendo que la sangre se parara allí, tendría menos ahogos y angustias de aquellos que que la aquejaban; además, en aquella absoluta inercia en que vivía atribuía a sus mínimas sensaciones una importancia extraordinaria, dotándolas de una tal movilidad, que era imposible que las retuviera dentro de sí; y a falta de confidente a quién comunicárselas se las anunciaba a sí misma, en un perpetuo monólogo, que era su única forma de actividad.."
Dejo por aquí porque me he hartado de mi hermana repitiendo a gritos que esto no lo escribí yo sino que lo encontré en un libro, que en frases interminables solo escriben los franceses y que nunca tuvimos una tía.
Ella es negativa y celosa y no hay que dejarse perturbar por su lengua porque es darle lo que quiere. Agradezco a mi oído su capacidad de cerrase.