No es la hora y el bisturì es mi mano. No es la hora y el bisturì despuès de forzar la caja y la cerradura aún está afilado. No es la hora hasta que suenan las campanadas que anuncian. Y entons le digo al de la portería nocturna: "Ahora entiendo, es la hora". Y ahora el bisturì soy yo .
2 comentarios:
claro, la herramienta como prolongación de la mano, cuántas memorias de cortes, de heridas precisas guarda el bisturi en sus filos?
No lo se.Voy a investigar sobre la memoria del metal.
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