27 nov 2010

Caí, rodé y estoy bajo un pino. Siento la frente contra el tronco del pino, lo reconozco. Una tormenta seria un peligro para lo que de mi queda. Aún peor un adelanto de la primavera. No puedo volver atrás. Mi cuerpo debería dejar el reparto infantil. Mi división se impuso y toda opinión está de más. Escribí en cada ventanal sus nombres: las tres hijas que no tuve y que negué, los hombres que amé y que negué. Y si ahora se derrite la nieve muero junto a este pino.

1 comentario:

precaria dijo...

Otra vez cayendo y resbalando,
sus víctimas, una a una.