7 dic 2010

Espero que él pregunte primero, pero no pregunta y me sirve otra malta. "No gracias", digo cuando ya està servida. "Gracias", digo mientras tomo lo que arde en la garganta. "¿Le duele la mano?" " No, a mi nunca me duele nada, y si me duele lo ignoro. Usted cose bien para ser un entregador de roedors". "Aprendí en la guerra", me dice. ¿Y si luchó en la guerra porque trabaja entregando roedors en camiòn a las 6 de la mañana?, pienso pero no lo pregunto porque est una pregunta íntima. Entons le pregunto si sabe la hora, y él me mira. Me mira porque su reloj está en mi y está fue una mala pregunta. "Pardon", digo. "Su tiempo en mi adelanta, o me adelanta. Y desearìa salir porque estoy levemente mareada, no acostumbro tomar malta por la mañana". Pero antes de salir levanta el sistema a pua del disco, que gira sin mùsica hace rato, y yo por educaciòn, porque el alimento no se tira, bevo lo que queda de malta.

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